Ser traductor autónomo es una profesión vocacional, aunque muy poca gente podrá decir en serio que de pequeños soñaban con ser traductores, sobre todo porque se trata de una profesión escondida, en la que la mejor cualidad que se puede tener es ser completamente invisible.
Pero es casi imposible no pensar que nuestro trabajo como traductores es un sueño convertido en realidad cuando se alcanzan los clientes y el ritmo de trabajo que permiten organizar la jornada y disfrutar de tiempo libre cuando se quiere. Eso sí, normalmente habrá que responder a peticiones de última hora y urgencias diversas, pero levantarse cada mañana para no ir nada más que al escritorio sin que nadie te obligue ni te controle, es una cualidad que no está al alcance de todos. Por este motivo digo que es vocacional, porque tiene que gustar mucho para hacerlo sin que nos obligue nadie.
Aspectos positivos de ser un traductor autónomo
Sin duda, el aspecto positivo más importante es la absoluta libertad para organizar tu tiempo y trabajar cuando quieras. Esto no quiere decir que los horarios de trabajo cambiarán radicalmente, puesto que las horas de trabajo son las mismas para todos (al final todos acabamos trabajando siempre de 8 a 5, y seguramente algo más), pero digamos que te permite conciliar la vida laboral y familiar de una manera mucho más factible, sin necesidad de acudir a una oficina ni respetar unos horarios que en ocasiones pueden ser arbitrarios.
El segundo aspecto positivo, y seguramente el más importante (al menos desde mi punto de vista, aunque seguro que todos mis compañeros de profesión están de acuerdo) es la posibilidad, suerte se podría llamar incluso, de trabajar en algo que te apasiona. Sentarse cada día frente al ordenador, aprender idiomas, expresiones, palabras y ser capaz de trasladar ideas de un idioma a otro, en muchos casos con una evidente función social, es un placer que difícilmente se puede poner en palabras, por contradictorio que parezca. En esta sociedad en la que los idiomas son cada vez más importantes, el trabajo de traductor cobra mayor importancia que nunca y, desde un punto de vista personal, nos permite acceder a contenidos y leerlos de tal manera que nuestro conocimiento se fija más intensamente.
Aspectos negativos de ser un traductor autónomo
Cuando estaba preparando esta entrada, lo primero de todo, preparé una lista con los aspectos, tanto positivos como negativos de convertirse en un traductor autónomo. No creo que haga falta decir que la lista de aspectos negativos era infinitamente más larga: hay que buscar clientes constantemente, hay que encargarse de las cotizaciones, hay que trabajar de lunes a domingo, el primo/sobrino que haya pasado un verano en Londres traduce igual de bien (debe ser el mismo niño que pinta también todos los cuadros abstractos), la gente pensará que no haces nada solo porque trabajas desde casa, empezar cuesta mucho, sobre todo porque se tarda en llegar a recibir un buen sueldo que te permita vivir de esto, etc.
Sin embargo, todos los aspectos negativos del mundo que se podrían enumerar en esta y sucesivas entradas no son comparables con la alegría de poder trabajar en algo que te apasiona y que te enseñará algo nuevo cada día. Además, puedes tener la suerte de encontrar a gente como tú.
Agencia de traducción BigTranslation
Una de esas personas (o agencias) es BigTranslation. Los profesionales de BigTranslation se aseguran de estar siempre en contacto con los que trabajamos desde casa, respondiendo a nuestras dudas y preguntas lo antes posible. Saben perfectamente asignar los trabajos a las personas más cualificadas y siempre intentan que los trabajos dispongan de tiempos de entrega realistas (algo que otras agencias pasan por alto). En realidad, trabajar con BigTranslation en estar en manos de profesionales, y no solo desde el punto de vista del cliente, sino del proveedor. En mi caso personal, trabajar con ellos fue una decisión muy acertada que tomaría de nuevo en cualquier momento (ahora que no me oyen).