¿Cuántas veces has hecho uso de un traductor automático? ¿Han sido buenos los resultados? ¿Merece la pena utilizarlos? ¿Por qué existe la profesión del traductor si hay traductores gratuitos automáticos que pueden hacer las traducciones?
Si alguna vez has usado este tipo de herramientas o estás pensando en utilizarlas, no puedes perderte este artículo. Aquí te explico por qué no es lo mismo traducir que usar un traductor automático.
El traductor automático
¿Cuántas veces hemos necesitado traducir un texto del inglés al español y hemos recurrido directamente a un traductor automático? Estoy segura de que la respuesta es muchas. Es cierto que estas herramientas han avanzado mucho y que existen traductores automáticos cada vez más potentes, pero su calidad no es excelente y mucho menos comparable a la tarea que lleva a cabo un traductor.
Si lo que necesitas es comprender la idea general de un texto o realizar una traducción sencilla, puede que el traductor automático sea de mucha ayuda. Sin embargo, si lo que necesitas es realizar una traducción que presenta grandes complejidades, no dudes en contar con servicios profesionales para alcanzar el objetivo deseado. La pregunta que puedes tener a continuación es la siguiente: ¿por qué no es lo mismo traducir que usar un traductor automático?
En primero lugar, a mí me gusta referirme a traducir como un arte… ¿por qué? La traducción es mucho más que una simple traducción palabra por palabra. Los traductores automáticos son herramientas que tienen almacenadas miles de palabras en las bases de datos y se limitan, básicamente, a traducir palabra por palabra el texto que has insertado. Estos no tienen en cuenta factores extratextuales, ni intertextuales, ni nada en general. Lo que obtendremos, por lo tanto, sería una traducción de palabras.
Cuando un traductor lleva a cabo un encargo de traducción, tiene en cuenta la naturalidad del texto meta. Con otras palabras, el lector debería leer el texto sin dificultades y pensando que se trata de un texto original y que no ha sido traducido. Para conseguir esto, el traductor emplea una serie de técnicas que solamente los profesionales conocen: omisión de oraciones innecesarias, explicaciones, reformulaciones… Sin lugar a dudas, un traductor automático no puede conseguir esto, pero los traductores sí.
¿Consideras tu cultura importante? Los traductores sabemos la importancia que tiene la cultura a la hora de realizar una buena traducción, pero, ¿qué es la cultura para un traductor automático? Mientras que los traductores conocen y se documentan sobre la cultura de los lectores a los que va destinado el texto, los traductores automáticos no. Es esencial conocer la cultura para saber cómo hacer llegar el texto a los lectores de la mejor forma posible y que no haya interferencias culturales.
En la mayoría de los textos que leemos a diario aparecen dichos, refranes y frases hechas que solo los nativos de una cultura pueden entender. Por ello, solo un buen traductor profesional sería capaz de traducir estas expresiones sin perder el significado del original. ¿Qué pasaría si pedimos a un traductor automático que nos traduzca el siguiente refrán: “perro ladrador poco mordedor”? La traducción que nos da es la siguiente: “Little biting bark dog”. Se trata de una traducción palabra por palabra que lejos queda de lo que quiere decir nuestro refrán español.
Por todo ello, ojo con tus ¿amigos? los traductores automáticos y, la próxima vez que vayas a utilizarlos, piensa si estos podrán darte la traducción que deseas obtener.