Si una traducción cae en manos inexpertas, los resultados obtenidos serán, la mayoría de las veces, indeseados. Aunque no lo parezca, cualquier pequeño error de traducción puede dar lugar a situaciones comprometidas.
Os presentamos cuatro situaciones reales en las que, sin duda, no se ha recurrido a un traductor nativo:
Traductores nativos; el sentido del ridículo
- ¿Pensáis que leer en una página de venta online «venta caliente» como traducción de «hot sale» da una buena imagen a la marca? Errores de traducción de este tipo suelen acarrear daños leves en términos de imagen y reputación de la marca.
- Original Otro claro y viral ejemplo es la traducción de la carta de un restaurante o bar. ¿Pediríais un «Octopus to the party»? Suena más bien a cóctel que a Pulpo a la feira, a lo que supuestamente equivale.
Imaginad, pues, lo que un extranjero puede pensar cuando lo lea.
Traductores nativos; a veces los errores salen caros
- Un error de traducción puede causar pequeñas molestias al usuario tratándose de manuales de productos como, por ejemplo, el de la configuración de un modem wifi y, otras, puede resultar muy frustrante e incluso catastrófico.
- Cuando hablamos de un error catastrófico de traducción, nos referimos por ejemplo al de un prospecto de un medicamento. ¿Imagináis lo que podría suceder? Sí, una verdadera catástrofe.
Una agencia de traducción profesional cuida el lenguaje y se asegura de que la información que llega a sus manos es la misma que más tarde se plasmará en otro idioma.
Por eso, la mejor manera de evitar errores de traducción y situaciones incómodas es que la traducción se lleve a cabo por verdaderos profesionales de la lengua, siempre teniendo en cuenta el vital paso previo a la entrega: el proofreading.
¡Actúa, evítalo!
Siguiendo unas pautas, podemos evitar que todo nuestro trabajo se vea mermado y acabe convirtiéndose en una «vergüenza» para nuestro cliente.
- Trabajar con traductores profesionales.
- Alejarse por completo de los traductores automáticos. Nunca debes fiarte de ellos.
- Trabajar con traductores nativos. Debido a su formación y experiencia, es cierto que un traductor conoce varias lenguas, pero traducir solo al idioma nativo es sinónimo de calidad en el producto final; los traductores nativos son los únicos capaces de emplear expresiones y estructuras gramaticales propias del país.