En este mundo globalizado existen cada vez más personas que hablan varios idiomas y que son capaces de comunicarse en diversos idiomas en diversos contextos, puesto que no es lo mismo hablar con algún turista en un bar, que hablar con el ministro de exteriores de cualquier país (aunque sea en un bar). Conocidos son los casos de personas que son capaces de hablar muchos idiomas y que pueden manejarse en diversos contextos.
Sin embargo, esto no es lo habitual ni mucho menos significa que estas personas puedan ser capaces de realizar buenas traducciones. Las traducciones tienen que ser llevadas a cabo por traductores nativos que conozcan los vericuetos del idioma y puedan trasladar al idioma que mejor conocen elementos de otra cultura que han aprendido.
Traductores no nativos
En ocasiones, por motivos que van desde la falta de tiempo o la falta de sinceridad con el cliente para admitir que no se dispone del personal adecuado, las empresas entregan trabajos de traducción a personas que no son nativas en el idioma de destino de la traducción, pero que hablan “muy bien”. Aparte de que el término “muy bien” pueda ser discutible y que no dudamos que esas personas tengan un conocimiento profundo del idioma, no debería ser necesario precisar que este tipo de actos conllevan un riesgo importante porque la calidad de la traducción puede dejar bastante que desear. Conocido es el efecto que se produce cuando una persona nativa comete un error en el habla y el receptor lo adapta automáticamente a la manera correcta de decirlo, sin necesidad de explicación y sin alterar la comprensión del enunciado. Al contrario, cuando es una persona no nativa, cualquier error cometido dificultará la comprensión, ya que se instalará la duda en el receptor nativo sobre cuál es el verdadero significado de la expresión que la persona no nativa quería utilizar. Porque hasta en el caso de los errores, una persona nativa es capaz de utilizar el contexto de manera lo suficientemente adecuada como para facilitar la comprensión de lo que dice.
Esto no significa que los no nativos no puedan adquirir un conocimiento exhaustivo de cualquier idioma que les permita adaptarse a la cultura de destino y hablarlo perfectamente y hasta en algunos casos, mejor que los nativos del idioma. Pero en el caso de la traducción, las posibilidades que tendrán de ofrecer diversas opciones o contextos para un único concepto, hará que el tiempo empleado y la evidente precisión que requiere el trabajo de traducción se vean afectados.
Traductores nativos
Los traductores profesionales son aquellos que ni siquiera se plantean traducir en un idioma que no sea el suyo. Todo el esfuerzo, o casi, que se realiza se basa en aprender cada día más sobre la cultura o culturas de la que se quiere traducir, realizando actualizaciones periódicas del conocimiento, y en perfeccionar el idioma nativo que permitirá la corrección en la expresión. Porque no hay mejor manera de garantizar que un servicio posea unos niveles máximos de calidad, que especializarse en lo que mejor sabemos hacer. De esta manera, el hablante nativo que ha estado expuesto desde pequeño a los elementos culturales que rodean al idioma, tendrá más posibilidades de encontrar el concepto que mejor se ajuste al contexto del trabajo. Cada texto tendrá unas características determinadas que requerirán de un uso del lenguaje diferente y esta variedad solo está al alcance de aquellos que además del conocimiento cultural, tengan el conocimiento académico necesario.
Por estos motivos, es imprescindible contratar con agencias de traducción que solo trabajen con traductores nativos y profesionales que garanticen la calidad de las traducciones. Nadie quiere encontrarse con un texto que represente a su compañía, pero que en lugar de realzar la imagen haga todo lo contrario. Cuando se trata de la imagen de la compañía y del contacto con los clientes, no te arriesgues, contrata traductores nativos: porque para obtener el mejor resultado, siempre es mejor contar con el mejor artesano.